Es una realidad, la infidelidad existe por muchas razones, algunas más justificadas que otras. Quienes han padecido el dolor de una traición condenan a los infieles como a la peor "raza" sobre la tierra, quienes la han disfrutado guardan el gusto por lo prohibido. Pero ¿cómo ser infiel y no ser atrapada en el intento?
Infieles por naturaleza
Si, muchos hombres y mujeres son infieles por naturaleza, la monogamia no nació con ellos. Instintivamente siempre están de cacería. Este tipo de personas nacieron con el 'don' para no dejarse atrapar 'con las manos en la masa'. Te contamos cuál es la tendencia femenina.
Infieles por naturaleza
Si, muchos hombres y mujeres son infieles por naturaleza, la monogamia no nació con ellos. Instintivamente siempre están de cacería. Este tipo de personas nacieron con el 'don' para no dejarse atrapar 'con las manos en la masa'. Te contamos cuál es la tendencia femenina.
- La razón justa
Para ser infiel se necesita al menos una buena razón, el gusto por lo prohibido, monotonía de una relación, falta de satisfacción sexual o emocional en pareja, unos tragos de más, y hasta la misma adrenalina de mantener una relación oculta. Una vez se tenga la razón adecuada no habrá remordimiento que valga cuando el placer encienda la llama.
Razones típicas: 'Mi pareja me ignora' y '¡No entiendo qué me pasa con ese hombre!' - La presa adecuada
La ocasión hace al ladrón. La tentación está en todas partes, en el trabajo, la universidad, una exposición de pintura, un bar, un café, hasta entre los mismos amigos. La mujer infiel es a su vez una carnada fácil, por eso va en busca de una presa fija y de confianza, es decir, alguien que esté dispuesto a todo sin pedir nada a cambio, y por supuesto, sin delatarla.
Posibles carnadas: El vecino, el compañero de la oficina o el instructor del gimnasio. - El escondite
La mayor parte de las infieles, excluyendo a las más osadas, eligen un lugar diferente a sus propias casas para encontrarse con sus amantes. Entre más lejos esté de los lugares que frecuenta con su pareja oficial, mejor. Muchas veces recurren a pequeños hoteles o el apartamento de su 'affaire' como sitio oficial de fogosos encuentros. - La momento preciso
En horas de trabajo, durante 'citas' al médico, el dentista, el ginecólogo. La fórmula más frecuente que utilizan las infieles para sacarle tiempo a su 'affaire' es inventar tardes de charlas o compras con las amigas, ellos siempre prefieren perderse esos planes. Las reuniones familiares son un fracaso porque se tendría que buscar un cómplice. Escaparse en medio de una reunión de amigos es la peor opción, se pierde a la pareja y a los amigos. - La cuartada perfecta
Una cuartada siempre es necesaria, y para ello existe la mejor amiga. Aunque las más profesionales saben que es mejor no confesar el secreto. En caso de despertar alguna sospecha, lo mejor es hacerse la ofendida. Eso siempre funciona. - Sin dejar huella
Nada de cambiar repentinamente de ropa interior, perfume, bañarse al llegar a casa o salir repentinamente de viaje de negocios. Lo ideal es no cambiar en lo más mínimo para no levantar sospechas. - La aventura extrema
Aunque parezca mentira, las mujeres somos muy propensas a la infidelidad porque siempre estamos buscando a alguien que nos escuche y demuestre que está interesado por nosotras. Si una mujer siente que su pareja la está dejando a un lado, y conoce a otro hombre que la hace sentir viva y deseada de nuevo, se convierte en una infiel en potencia dispuesta a vivir una aventura extrema. - Un caso perdido
A diferencia de los hombres, las mujeres tenemos un punto en contra a la hora de ser infieles, nos sentimos mal. Por mucho que él se lo "merezca", finalmente nosotras no tenemos el corazón para engañarlo. Aunque no faltan las que nacen con el 'don'. Y claro, cargamos encima con el estigma social que justifica la infidelidad de los hombres, y su apetito sexual, pero nos reserva vírgenes y fieles hasta que la muerte nos separe.
Hola, muy buen artículo.
ResponderEliminarNo pongo en duda el último punto, ¨un caso perdido. ¨ Aunque si me gustaría decir que conozco hombres que sienten un alto grado de culpabilidad por haber sido infieles, tanto como para ir a terapia por ello.
Es España, cuando una mujer es infiel se dice que es una puta y cuando lo es un hombre se dice que es un machote, cosa con la que no estoy de acuerdo.
Perdón por el lenguaje, simplemente quería hacer mención de las ideas que tiene parte de la sociedad referente a este tema.
Buenísimo el blog por cierto. Un saludo.
Hola de nuevo.
ResponderEliminarEspero que no te importe. Coloque tu blog en el mío como lugares para visitar. Me encantó.
Un saludo.