Amigos con derechos y sin compromiso

El "amor" extracurricular está de moda. Un estudio de la universidad de Michigan muestra que el 60% de las personas sostiene relaciones donde hoy "goza" y mañana tal vez...

Hace 30 años hubiera sido un escándalo pensar que una mujer no llegaría a su casa a dormir y más aún que tuviera sexo con un hombre que solo era su amigo o un "medio" conocido con quien compartió un momento de placer y al otro día no hay llamadas ni reclamos. Ni mucho menos invitaciones a desayunar, detalles o amor, pues quien lo haga, pierde. Hoy es muy común entre amigos íntimos y no tan íntimos.

A este tipo de relaciones se les conoce como amigos con derechos y "amigovios", practicados por personas que no quieren compromisos serios, tienen independencia económica, han tenido una mala experiencia amorosa y solo buscan entretenimiento en el sexo llevado a cabo de forma casual. Entre las reglas que suelen tener este tipo de relaciones fuera de lo común es la comunicación para llegar a un acuerdo, en donde y a qué horas, y después del encuentro cada uno se va para su casa sin explicaciones ni complejos de culpa.

La segunda regla es "cero" amor. Es fundamental que cada uno tenga claro, cuál es su función para evitar las escenas de celos y todo tipo de conflictos, porque después de la intimidad se cree que la persona le pertenece. Un estudio de la Universidad de Michigan revela que el 60% de las personas ha pasado con un amigo o amiga ese límite de la intimidad. La mayoría lo hace porque no quiere compromiso pero sí placer, confían en esa persona y la ven como alguien seguro que no les va a exigir nada a cambio.

Al principio este tipo de encuentros parecen ideales, pues no hay obligación alguna, cada uno cancela cuando se le antoje, no finge amabilidad ni buen humor y no gasta dinero ni energías conquistando, comprando "regalitos" o tratando de quedar bien con invitaciones que de alguna manera resultan costosas.

Sin embargo, existen peligros. El que juega con fuego...se puede quemar. Según el estudio, una de cada cuatro termina mal: se acaba el sexo y y se arruina el sentimiento por el otro. Solo el 10% de los "amigovios' se convierten en romances de tiempo completo, el 35% eventualmente logra salvar la amistad después de salir de la cama de su amigo, y el 28% continúa con este tipo de relación.

El trabajo fue publicado en la revista Archives of Sexual Behaviour y ha sido considerado por los expertos como un gran aporte para conocer más de cerca este tipo de relaciones de las cuales poco se ha investigado.

El estudio sostiene que los "amigovios' plantean la paradoja de que las ventajas que animan a dos personas del sexo opuesto a ser amigos con derechos son las mismas desventajas que terminan por apartarlos.

"El deseo de no comprometerse es la primera motivación para tenerlas, pero el temor a que uno de los dos termine enamorado del otro las vuelve problemáticas".

Lo llamativo para los expertos es que estas parejas se involucran en un juego en el que tácitamente saben que "el que se enamore pierde", pues el gran temor es que esos sentimientos no sean recíprocos. Según Javier Nieto, diseñador gráfico de 44 años, asegura que cuando este tipo de relaciones se vuelve costumbre termina por prostituirse y dañar las amistades, pues el hombre generalmente nunca busca amor en una mujer que se entrega sin medida ni control.
"En este tipo de amistades es muy común que la mujer salga perdiendo porque ella es más sentimental y siempre va a estar esperando la llamada y el detallito, y nosotros desde luego no nos queremos amarrar por nada del mundo. Desde el comienzo esto ha quedado más que claro, pero muchas se niegan a entenderlo o se sienten mal después de cada relación sexual", dice Andrés Gómez.

María Claudia Rivera de 29 años explica que todos de alguna manera han tenido amigovios con quienes se han consolado después de una decepción amorosa.
"Lo mejor de tener un amigo con derechos es que no pide nada a cambio; ni tiempo, ni exige estar en las reuniones familiares o de trabajo, solo buscar placer. Pero lo peor es cuando alguno de los dos se enamora y el otro no quiere atarse", agrega Rivera.

PELIGROS
"Desafortunadamente estamos pasando por una época en la que no existe la sinceridad, ni la fidelidad, ni el querer sacrificarse por el otro, entre menos responsabilidad mejor, y eso es, por parte de hombres y mujeres con baja autoestima y heridos emocionalmente por alguna relación negativa", sostiene Alexandra Samaniego, psicóloga clínica. Los amigos con derechos casi nunca terminan bien para ninguna de las dos partes, generalmente, alguno de los dos termina enamorándose, pues un contacto sexual nunca está desprovisto de alguna emoción, y en la mayoría de casos es la mujer, la que se enamora y termina dependiendo emocional y sexualmente.

Otra de las desventajas que señala Samaniego son los vacíos emocionales después de cada acto sexual, que aunque la persona los oculte muy bien, no dejará de sentirse usada como un objeto de placer. En el caso del hombre, llegará algún momento en el que se sienta totalmente desorientado, solo y sin ninguna ilusión, pues ya le es imposible valorar, creer y amar a alguna mujer. En el peor de los casos, los resultados de una relación así, son los embarazos indeseados y las enfermedades de transmisión sexual, ya que no son parejas fijas, y ninguno de los dos garantiza fidelidad, precisa el psicólogo Gabriel Intriago.

A Levine, autor del estudio de la Universidad de Michigan, le preocupa tanto que una buena amistad se dañe por este tema como le angustia que por el exceso de confianza con el amigo o la amiga estas parejas no tomen precauciones durante las relaciones sexuales y se enfrenten al riesgo de infectarse con el virus del sida. Pero lo que más ha llamado la atención es que en la sociedad actual el miedo al compromiso y el temor al amor son una constante. Este fenómeno no es otra cosa que una radiografía del desamor del hombre hacia sí mismo, fruto del afán desmedido de buscar y probar de todo a la vez, pero que nada le satisface porque no es capaz de respetarse ni autovalorarse.

En el libro Tus Zonas erróneas de Wayne W. Dyer, hace referencia a los desafíos de amarse uno mismo para poder amar a los demás sin temor alguno, pero que solo esto se da cuando uno está dispuesto a dar y recibir. "Cuando hayas reconocido que vales, no tendrás necesidad de que los demás apoyen y refuercen tu valor y si estás seguro de ti mismo y tienes confianza en lo que piensas, no querrás ni necesitarás que los demás sean como tú". El reto es conquistar el amor propio y luego dar.

Bomba de tiempo
Un momento de gozo sexual puede ser una bomba de tiempo para la salud mental y emocional, pues aunque no alcancemos a visualizar el interior del alma, donde se albergan todas las emociones y los deseos, es evidente que los encuentros ocasionales dejan su huella negativa. ¿Qué hacer? Según la psicóloga Samaniego es importante que tanto el hombre como la mujer hagan un alto en el camino, y reflexionen:

1. Todo ser humano es social por naturaleza, y tanto hombre como mujer nacieron para complementarse, de manera que no "dañen" las relaciones humanas con juegos de placer donde los dos permanecen "blindados" dizque para no hacerse daño, cuando en realidad esto es falso.


2. Si quiere ser amado y valorado por otra persona, hágalo primero consigo mismo. Valorarse es reconocer que tengo habilidades y debilidades, pero como tal soy único e irremplazable.


3. No use a las personas, mañana lo pueden hacer con usted.


4. Un minuto de placer pueden ocasionar varios años de angustia y de lamentos.


5. Aunque existan etiquetas y nombres para llamar a las relaciones no dejan de ser actos de promiscuidad sexual.


6. La falta de compromiso es reflejo de un alma enferma y herida, no establezca relaciones con una persona que la puede contagiar del mismo mal.


7. Invierta tiempo en el conocimiento de sí mismo y establezca qué quiere en la vida, y solo esto le permitirá seleccionar lo que le conviene y lo que no debe hacer.


8. Esfuércese por ser feliz. Todos merecemos serlo.


9. Aproveche el tiempo para conocer personas y entrégueles lo mejor de sí.
   

Agradecemos a Carolina Melo Rodríguez - meloc@granasa.com.ec