Las supersticiones escapan a la razón, a la lógica y a la ciencia, pero, aún así, prácticamente todo el mundo tiene alguna. Las hay para todos los gustos y todos los ámbitos de la vida: viajes, salud, amor, dinero, trabajo… y algunas de las más llamativas y comunes tienen que ver con los colores. Pero, ¿tienen alguna explicación? ¿De dónde han salido? ¿Qué significan?
Por ejemplo, ¿por qué una novia debe llevar algo azul el día de su boda? La tradición habla de “algo nuevo, algo viejo, algo prestado y algo azul”. Y cada cosa tiene su porqué. Lo nuevo simboliza la esperanza de un futuro próspero y feliz. Lo viejo, la conexión con el pasado. Lo prestado, la amistad. Y, por último, la prenda (habitualmente la liga) de color azul es vista como un símbolo de la fidelidad y el amor de los novios, aunque para los estadounidenses lo que representa es la virginidad.
Además, en España, el blanco con sus diversas tonalidades es el color de las novias por excelencia. En tiempos remotos, era así porque simbolizaba el poder económico de las familias y cierto status, ya que no todo el mundo podía comprarse un vestido blanco inmaculado. Después pasó a representar la pureza de la novia. Y ahora se lleva más por tradición que por otra cosa.
Si el azul trae a la buena suerte para las novias, el amarillo se la roba a la gente del teatro. Nunca se verá a un actor vestido de este color sobre el escenario. Sería como llamar a la tragedia a voz en grito. Esta superstición tiene su origen en la muerte del gran Moliere. El dramaturgo francés falleció sobre las tablas cuando representaba su obra El enfermo imaginario el 17 de febrero de 1673. Aquel fatídico día, el autor de El avaro vestía precisamente de amarillo cuando sufrió el ataque que acabó con él. Además de para la gente del teatro, este color tampoco está muy bien visto entre los periodistas, ya que se asocia a un tipo de reporterismo poco ortodoxo, el amarillismo.
Gato negro, gato maldito
Si un gato negro se cruza en tu camino, date por maldito. En realidad, esta superstición varía dependiendo del país y la cultura. En España, por ejemplo, tropezarse con un gato negro es símbolo de mala suerte, pero en el resto del continente (salvo en Italia, Serbia y Montenegro) significa todo lo contrario. De hecho, en algunas culturas como la egipcia y la romana el gato negro fue siempre un animal mágico y adorado.
No fue hasta la Edad Media y la persecución de la brujería cuando se asoció a este animal con la hechicería y la magia negra. Desde entonces, los mininos de este color, al menos en España, son rehuidos como la peste. Aunque en su momento, y aún ahora en algunos países, siguen representando una llamada a la buena suerte. Por ejemplo, para las mujeres de los marineros. Éstas confían en que teniendo uno en casa sus maridos volverán sanos y salvos. Aún así, mucha gente se muestra recelosa con el negro. Después de todo es el color de la muerte, del luto, de lo oscuro.
El rojo también es carne de cañón para las supersticiones. No se sabe muy bien por qué, pero desde hace unos años se ha impuesto la moda de llevar ropa interior roja la noche de Año Nuevo. Funcione o no, tampoco cuesta tanto cumplir con este ritual después de todo.
Y, siguiendo con el rojo, una curiosidad, ¿por qué la alfombra de los grandes eventos es roja? No hay una respuesta unánime, pero parece ser que en el Agamemnon de Aeschylus, escrito en 458 a. C., ya se mencionaba el recibimiento al héroe a su vuelta de Troya con un camino marcado de rojo. Aunque esta tradición no se popularizó hasta el siglo XIX. Entonces el presidente de EEUU James Madison fue recibido con una alfombra roja en 1821. Ahora es símbolo de glamour y celebrities. No hay festival que se precie que no tenga la suya propia.
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