1/1/11
Sexo oral de cine
El sexo oral es la asignatura pendiente de muchas mujeres, no sólo porque sean reacias a practicarlo sino porque no saben bien cómo hacerlo. ¿Aprieto, muerdo, chupo? ¿Fuerte, suave, con la mano, sin ella? Memoriza y, sobre todo, practica los tips que te damos y conseguirás una matrícula de honor en la cama.
1. Hazlo por ti
Muchas listas de consejos sobre sexo oral te dicen que tienes que pensar en su placer. Primer error: si a ti no te excita, nunca serás buena en esto. No actúes, siéntelo y disfrútalo, simplemente estás besando y acariciando una parte de su anatomía. Piensa en el placer que a ti te dará en otro momento, aprovecha para poner en marcha tu imaginación, para acariciarte y jugar mientras lo haces. Plantéate la felación como una práctica sexual para los dos y te aseguramos que ambos notaréis la diferencia.
2. ¿Nos duchamos juntos?
Si él está recién duchado, limpito y perfumado, el sexo oral te resultará mucho más agradable, sobre todo si eres una maniática de los olores o no eres la más aficionada a esta práctica. La ducha juntos puede ser el mejor preámbulo para seguir jugando en la cama. Un poco de lubricante comestible (¿qué tal el de fresas y champán de Shunga?) puede mejorar aún más el sabor…
3. Posición ganadora
Además de la propia felación en sí, a los hombres les proporciona mucho morbo y placer verte hacerla. De rodillas frente a él, y con un espejo detrás de ti, te adelantamos que no tendrás que esforzarte demasiado… Si además tú utilizas dress code (unas botas altas y un conjunto de lencería negro, por ejemplo), le volverás absolutamente loco.
4. Ponte cómoda
Nunca sabes cuánto va a tardar él en llegar al clímax, así que ponte lo más cómoda posible para no acabar con las rodillas destrozadas, las piernas dormidas y el cuello dislocado. No te cortes, si vas a ponerte en el suelo, utiliza un cojín e incluso una silla si él está de pie. Alterna la boca y la mano para descansar (mientras, puedes acariciarle el pecho o besarle).
5. Factor sorpresa
¿Si tu chico no te lo pide nunca sale de ti hacerle sexo oral? ¿Sólo accedes de forma excepcional? Tenlo claro: ellos sueñan con que a sus parejas les guste practicarles sexo oral… cada día. Y si eres tú quien toma la iniciativa, le tendrás completamente a sus pies. Ve más allá y sorpréndele en cualquier sitio y en cualquier momento: el garaje (¿fuera del coche?), la ducha, la cocina, un probador, mientras se viste para ir a trabajar…
6. Juega en todo el área
No vayas directa a su sexo, retrasa el momento todo lo que puedas para que se muera de ganas. Acaríciale las nalgas y los muslos, bésale los testículos, recorre el pene con los labios y la lengua… Incluso puedes usar una pluma, una boa o tu propio pelo para acariciarle. Cuando empieces, utiliza la mano y la boca a la vez (cuidado con los dientes…), te cansarás menos y él tendrá muchas más sensaciones.
7. Firme y constante
En cuestión de sexo oral cada hombre es un mundo: a unos les gusta que les aprieten, otros son más delicados, algunos necesitan mucha rapidez, los hay que tardan segundos y otros casi horas… ¿Qué ritmo y presión llevar entonces? Preguntarle puede ser muy útil… pero en general, a todos les va bien que utilices tus labios y tu lengua con su pene mientras se lo agarras firmemente. El movimiento, que sea constante, sobre todo cuando notes que él se acelera.
8. La puerta de atrás
En una felación el placer se multiplica si, además del pene, le estimulas los testículos, el perineo y el ano. Pero no todos están dispuestos a abrirse a esa experiencia. Si no lo tienes claro, puedes tantear el terreno y observar si su excitación aumenta o se pone tenso. Un poco de lubricante lo hará mucho placentero para él y más fácil para ti. Si no lo tienes claro, abandona, podría incluso perder la erección.
9. Estímulos visuales
Si quieres que recuerde toda su vida tus felaciones, utiliza todos tus recursos, sobre todo los visuales. Ya te hemos sugerido como irresistible arrodillarte frente a él y utilizar un espejo. Pero si a eso le añades tu propia masturbación (con tu mano libre, contra su pierna…) y sugerentes gemidos por tu parte, conseguirás matarle de placer.
10. Llega el momento
Cuando sientas que su respiración y su pulso de aceleran, ¡no pares! Mantén el ritmo hasta el final y continúa estimulando sus testículos para aumentar su placer. Cuando él esté a punto, decide… ¿fuera o dentro? La decisión es tuya. Si tienes claro que no, pídele antes de empezar que te avise. Si le dejas tu cuerpo como lugar de recepción, te aseguramos que también estará encantado.
¿Tu ex puede convertirse en tu amigo?
¿Se puede ser amigo de los “ex”? Es bastante raro, al menos durante los primeros meses, sobre todo si la separación no se realiza de mutuo acuerdo. Algunas parejas lo consiguen enseguida, cuando las condiciones de su ruptura no son demasiado tempestuosas; otras, en cambio, necesitan más tiempo, cuando la tormenta ya ha pasado.
La persona que decide romper con la relación a veces no encuentra otra manera para liberarse del sentimiento de culpabilidad que echar en cara al otro todos sus defectos. A veces la persona se siente decepcionada y frustrada y por poco que el otro se muestre agresivo, la relación se convertirá en un “ojo por ojo”.
Raras veces la ruptura entraña una alegría…
¿Tus “ex” pueden convertirse en tus amigos? Raras son las parejas que se separan de forma serena y se felicitan entre sí, con toda sinceridad, por haber experimentado una felicidad absoluta con el otro. El resentimiento, los celos, el miedo, el odio algunas veces, son los sentimientos más habituales y no el cariño o la complicidad. Cuánto más intensa y apasionada haya sido la relación, más riesgos hay de terremotos. No sólo en el momento de la ruptura, sino también después, especialmente si hay hijos involucrados… Más de la mitad de los divorcios no son de mutuo acuerdo. Es entonces cuando los cónyuges se enzarzan en luchas sin piedad sobre los niños, sobre el dinero que debe recibir la madre, sobre quién se queda la casa o ¡sobre quién se queda con el perro o el gato!El "culpable" es el otro
A menudo lo que impide un acercamiento entre ambas partes es que cada uno culpa al otro sobre la ruptura. Si tu pareja te ha abandonado y además ha preferido irse con otro, u otra, es “culpable” de haberte traicionado. Llegados a este punto todo está permitido y él o ella debe pagarlo muy caro, ¡en sentido figurado! Es muy habitual encontrar casos en que los niños se toman como testimonios de las malas acciones que ha hecho el otro y se les obliga a tomar partido. Pocas parejas divorciadas consiguen dejar atrás sus resentimientos para mantener una relación lo bastante sana como para alejarles de la discordia.La persona que decide romper con la relación a veces no encuentra otra manera para liberarse del sentimiento de culpabilidad que echar en cara al otro todos sus defectos. A veces la persona se siente decepcionada y frustrada y por poco que el otro se muestre agresivo, la relación se convertirá en un “ojo por ojo”.
Sin embargo, te gusta…
Par poder construir una relación de amistad, es necesario que las emociones se calmen, lo que, en general, siempre acaba sucediendo. Tu “ex”, antes de convertirse en tal, no era totalmente abominable, ya que tú decidiste compartir unos años de tu vida con él o ella. Esta relación no ocurrió sin un poco de complicidad, amor o, como mínimo, deseo. Ahora bien, el propósito ahora no es convertir a tu “ex” en tu enemigo. Una vez las emociones se hayan calmado y, preferiblemente, cada uno se haya estabilizado por su lado, es posible tener en consideración ciertas cosas. Aunque como pareja tu “ex” era desastroso, quizás puede ser un amigo formidable. Aquello que te resultaba insoportable en la vida cotidiana ahora, con la distancia, no supone ningún problema. Puedes divertirte y dejar de preocuparte pues, al fin y al cabo, se trata de una persona que siempre te ha gustado.Te quiero, yo ya no…
Después de la tormenta, o cuando la separación se ha consentido libremente, llega un momento en que entre los dos se instala una relación inédita, a medio camino entre el amor y la amistad… Puede ser una relación cómoda y alegre, pero jamás ambigua. No siempre es fácil olvidar la huella de los viejos mimos, lo cual puede generar imprevistos. ¡La pasión siempre puede regresar! Las separaciones, a veces, permiten a cada uno madurar y reconocerse. El riesgo, para aquellos que no saben imponerse ciertos límites, es que no pueden construir algo de nuevo; la amistad amorosa subsana de algún modo el vacío, la carencia, la ausencia. Así, no se deja lugar para conocer a otra persona. Evitar esta trampa supone que ambas partes sean claras con sus expectativas y sepan guardar las distancias. Se puede construir un nuevo vínculo, ¡pero sólo amistosoLas reglas del sexo rápido
Be sex. No esperes a que sea tu pareja quien tome la iniciativa sexual o se encargue de mantener viva la llama. ¿Te gusta sentirte deseada? A él también, así que házselo saber a menudo y tendrás buenas dosis de sexo rápido. Por tu parte, mantener tu cuerpo receptivo para el sexo te hará estar mucho más sexy y juguetona. Cuando te duches, enjabónate pensando que es él quien lo hace, desvístete pensando que es él quien te quita la ropa, acaríciate como él lo haría, mira su boca y sus manos cuando te habla… que tu cuerpo y tu mente estén siempre dispuestos para el sexo.
Requiere esfuerzo. El enamoramiento facilita el buen sexo, pero éste también puede conseguirse con un poquito de esfuerzo. Todos podemos ser más sexuales y querer más sexo con nuestra pareja habitual. Así que la primera regla de oro para el sexo rápido es poner tu cerebro en “modo sexual”. Empieza a imaginar dónde harías el amor con él de forma salvaje y sin poderte contener: ¿en el coche, en el ascensor, en la cocina, mientras prepara la cena? Si tienes este tipo de pensamientos cada día empezarás a desearlo y acabarás por hacerlo realidad.
Out fit rápido. Pantalón vaquero, camiseta interior, jersey, calcetines… quitar tantas capas de ropa puede convertir el sexo rápido en demasiado lento. Sé lista y vístete pensando en un posible encuentro sexual apresurado. Las faldas y vestidos con medias y ligueros no sólo facilitarán la “operación” sino que ¡pueden ser el desencadenante! Por supuesto, procura llevar siempre lencería sexy, él puede ser rápido pero no ciego.
Usa lubricante. La mayoría de los hombres pueden tener una erección inmediata ante un estímulo sexual potente, como por ejemplo que su chica le susurre al oído que necesita ser penetrada por él. Por desgracia, nuestra fisiología no es tan rápida como la de ellos, necesitamos más preliminares para estar listas y eso puede ser un inconveniente frente al sexo rápido. Un problema que puedes solucionar fácilmente con un buen lubricante, a ser posible, comestible, como las monodosis de lubricante MixGliss, perfectas para llevar encima.
Lugares inusuales. El sexo rápido es impulsivo, inesperado, salvaje y a veces algo sucio y arriesgado, pero os conecta como pareja y mantiene vivo el deseo. Aunque lo ideal es que no sea planeado, ahí entra en juego tu inteligencia sexual para propiciarlo. Si quieres volver a sentir lo que es un “aquí te pillo…” lánzate sobre él en el garaje, un probador o el baño de un restaurante. La cama es el enemigo del sexo rápido, así que cuanto menos la uses, ¡más posturas nuevas descubrirás!
Preliminares mentales. Si quieres tener sexo rápido y apasionado, no dejes de pensar en él. Ponte en situación siempre que puedas para anticiparte al encuentro, desearlo y, finalmente, propiciarlo. Ponerte guapa, llevar lencería hot o utilizar tus juguetes sexuales pueden mantenerte siempre lista para la acción. Pero, sobre todo, pon tu mente en “modo sexual”.
Las mentiras que todas decimos en la cama
Una mentira a tiempo puede salvarte de la típica “performance” sexual insoportable. Una mentira piadosa puede ser necesaria si él te gusta y no ha estado demasiado bien. O si no piensas volver a verle pero tampoco es plan de ponerle en ridículo por el tamaño de su pene.
Uy, la erección
Momento de estrés, nervios y tensión que nosotras solemos resolver con un “no pasa nada”, “es normal”, “es porque has bebido”, “o porque estás muy cansado”, “tú relájate que yo me encargo de hacer que vuelva”. ¿De verdad quieres que vuelva?
* MIENTE. Si él te importa, una mala reacción en ese momento puede destrozar su autoestima y hacer que el problema empeore. Algunas veces, sólo algunas, esto ocurre porque le gustas tanto que la presión de estar a la altura le puede.
* NO MIENTAS. Si él no te importa, si tienes claro que no es porque esté loco por ti, si pretende que tú hagas todo el trabajo para volver a levantar “eso”.
Claro que he tenido un orgasmo
Pero lo que no sabes es que lo he fingido, guapo. No es lo más honesto ni lo más sincero, pero ¿quién no lo ha hecho alguna vez?
* MIENTE. Si te estás aburriendo mortalmente, si ya es la tercera vez que lo hacéis y quiere hacerte disfrutar otra vez cuando tú estás exhausta, si se ha empeñado en hacerte disfrutar como nunca del sexo oral y lo hace fatal, o si su autoestima va a salir seriamente perjudicada.
* NO MIENTAS. Si te has desenamorado y ya no disfrutas del sexo con él: ármate de valor y ten “esa conversación”. Si el tipo es un prepotente, se cree un gran amante y no tiene ni idea de cómo hacerte disfrutar. Si te ha puesto los cuernos y estáis de reconciliación. Si estás muy cansada, mejor dejarlo para otro momento que repasar la lista de la compra mentalmente y luego fingir un súper orgasmo.
¿Fantasías?
Pero no sabes cuánto me gustaría ligarme a un mulato, hacer un trío con dos tíos buenos o probar el sexo lésbico. Peor no te lo voy a contar porque creo que sería demasiado para ti y tu típica fantasía del trío con dos actrices porno. Ah, y también me excita pensar en el sexo con desconocidos, sobre todo cuando voy en avión y en viaje de negocios.
* MIENTE. Si se trata de tu pareja, le quieres mucho y crees que se sentiría herido por tus verdaderos pensamientos. O si estás empezando con él y crees que podría asustarse de tu exacerbada imaginación.
* NO MIENTAS. Si es de esos hombres que juzgan a las mujeres si no son unas santas en la cama, entonces invéntate alguna fantasía más fuerte. Si es un prepotente, no para de hablarte de otras mujeres o te ha propuesto ir a un local de intercambio de parejas.
Sólo me he acostado con…
58 hombres, pero eso nunca lo vas a saber… Contigo, y con los otros tres hombres con los que he tenido relaciones, ha sido por amor, yo no disfruto con el sexo por el sexo, no siento nada. En este punto mírale directamente a los ojos para no reírte…
* MIENTE. Si se trata de un hombre muy tradicional y estás muy interesada en él. Si es algo tímido, no ha tenido demasiadas relaciones y crees que se sentiría intimidado por tu experiencia.
* NO MIENTAS. Si es el típico conquistador que habla sin parar de sus hazañas, si es un engreído y se cree que estás loca por sus huesos, si quieres bajarle un poco los humos y hacer que se sienta algo intimidado ante tu larga lista de amantes.
¡Me ha encantado!
Nosotras esperamos un “te quiero”, una palabra bonita, una caricia… ellos esperan que les digan que son los mejores en la cama. Y es cierto que a veces una mentira piadosa puede hacer la situación más cómoda.
* MIENTE. Si es la primera vez y aún os estáis acoplando. Si se pone nervioso porque le gustas mucho y sólo necesita algo de seguridad en sí mismo. Si te has acostado con él para hacerle un favor, es tu amigo o un ex novio al que dejaste.
* NO MIENTAS. Si ha estado tan mal que no piensas repetir. Si es el típico mujeriego que hasta en la cama te habla de otras mujeres. Si te dijo que nunca te olvidarías de esa noche con él y su actuación está siendo impresentable. Si sólo se preocupa de su propio placer.
Los hombres se creen expertos en la cama
Los hombres suelen creerse muy expertos e la cama y a veces tienes que “perdonarles la vida” haciendo como que nunca has practicado esa postura ni has sido tan salvaje en la cama. “Nunca había hecho esto con nadie, nunca me había vuelto tan loca”, este tipo de frases le encantarán, si es que se las merece.
* MIENTE. Si estás loca por él y crees que se sentiría acomplejado por tu amplia experiencia sexual. Si te ha dicho que está enamorado de ti y nunca había tenido un sexo así con nadie. Si le has engañado y has aprendido todas esas cosas con otro.
* NO MIENTAS. Si él tiene tanta experiencia como tú, os lo pasaréis en grande. Si es de los que intentan darte lecciones en la cama y fuera de ella.
El eterno debate del tamaño
Todas sabemos que el tamaño sí importa, pero a veces hay que mentir respecto a este tema para no herir sensibilidades.
* MIENTE. Si aunque la tiene pequeña, sabe utilizarla bien y te hace disfrutar, él ya sabe lo que hay. Si no vas a volver a verle y te ha caído bien. Si le da corte desnudarse delante de ti y crees que podrías crearle un complejo.
* NO MIENTAS. Si es de esos que antes de llevarte a la cama te dicen cosas del tipo “vas a disfrutar como nunca” o “te vas a enterar de lo que es bueno”. Si te cae mal y quieres fastidiarle. Si te ha puesto los cuernos y quieres vengarte con lo que más le va a doler. Si es de los que te dicen que tienes celulitis, estrías o estás gorda.
Palabras sucias sí, palabra sucias no...
¿Te haces la ofendida cuando él te dice cosas sucias en la cama? ¿Le dices que no se propase, que tú no eres de esas? O todo lo contrario, ¿le dices cosas que no te gusta ni pronunciar pero lo haces porque a él le excita?
* MIENTE. Si él se está pasando y de verdad se está confundiendo contigo. Si él te encanta y le ves demasiado tradicional como para responder a sus “cómo me pones” con algo como “soy tu esclava sexual”.
* NO MIENTAS. Si es de los que van de abiertos de mente y se indignan si ellas están mucho más liberadas sexualmente. Si ya estás harta de no poder decirle lo que de verdad te gusta en la cama: si se asusta, ése no es tu hombre.
Uy, la erección
Momento de estrés, nervios y tensión que nosotras solemos resolver con un “no pasa nada”, “es normal”, “es porque has bebido”, “o porque estás muy cansado”, “tú relájate que yo me encargo de hacer que vuelva”. ¿De verdad quieres que vuelva?
* MIENTE. Si él te importa, una mala reacción en ese momento puede destrozar su autoestima y hacer que el problema empeore. Algunas veces, sólo algunas, esto ocurre porque le gustas tanto que la presión de estar a la altura le puede.
* NO MIENTAS. Si él no te importa, si tienes claro que no es porque esté loco por ti, si pretende que tú hagas todo el trabajo para volver a levantar “eso”.
Claro que he tenido un orgasmo
Pero lo que no sabes es que lo he fingido, guapo. No es lo más honesto ni lo más sincero, pero ¿quién no lo ha hecho alguna vez?
* MIENTE. Si te estás aburriendo mortalmente, si ya es la tercera vez que lo hacéis y quiere hacerte disfrutar otra vez cuando tú estás exhausta, si se ha empeñado en hacerte disfrutar como nunca del sexo oral y lo hace fatal, o si su autoestima va a salir seriamente perjudicada.
* NO MIENTAS. Si te has desenamorado y ya no disfrutas del sexo con él: ármate de valor y ten “esa conversación”. Si el tipo es un prepotente, se cree un gran amante y no tiene ni idea de cómo hacerte disfrutar. Si te ha puesto los cuernos y estáis de reconciliación. Si estás muy cansada, mejor dejarlo para otro momento que repasar la lista de la compra mentalmente y luego fingir un súper orgasmo.
¿Fantasías?
Pero no sabes cuánto me gustaría ligarme a un mulato, hacer un trío con dos tíos buenos o probar el sexo lésbico. Peor no te lo voy a contar porque creo que sería demasiado para ti y tu típica fantasía del trío con dos actrices porno. Ah, y también me excita pensar en el sexo con desconocidos, sobre todo cuando voy en avión y en viaje de negocios.
* MIENTE. Si se trata de tu pareja, le quieres mucho y crees que se sentiría herido por tus verdaderos pensamientos. O si estás empezando con él y crees que podría asustarse de tu exacerbada imaginación.
* NO MIENTAS. Si es de esos hombres que juzgan a las mujeres si no son unas santas en la cama, entonces invéntate alguna fantasía más fuerte. Si es un prepotente, no para de hablarte de otras mujeres o te ha propuesto ir a un local de intercambio de parejas.
Sólo me he acostado con…
58 hombres, pero eso nunca lo vas a saber… Contigo, y con los otros tres hombres con los que he tenido relaciones, ha sido por amor, yo no disfruto con el sexo por el sexo, no siento nada. En este punto mírale directamente a los ojos para no reírte…
* MIENTE. Si se trata de un hombre muy tradicional y estás muy interesada en él. Si es algo tímido, no ha tenido demasiadas relaciones y crees que se sentiría intimidado por tu experiencia.
* NO MIENTAS. Si es el típico conquistador que habla sin parar de sus hazañas, si es un engreído y se cree que estás loca por sus huesos, si quieres bajarle un poco los humos y hacer que se sienta algo intimidado ante tu larga lista de amantes.
¡Me ha encantado!
Nosotras esperamos un “te quiero”, una palabra bonita, una caricia… ellos esperan que les digan que son los mejores en la cama. Y es cierto que a veces una mentira piadosa puede hacer la situación más cómoda.
* MIENTE. Si es la primera vez y aún os estáis acoplando. Si se pone nervioso porque le gustas mucho y sólo necesita algo de seguridad en sí mismo. Si te has acostado con él para hacerle un favor, es tu amigo o un ex novio al que dejaste.
* NO MIENTAS. Si ha estado tan mal que no piensas repetir. Si es el típico mujeriego que hasta en la cama te habla de otras mujeres. Si te dijo que nunca te olvidarías de esa noche con él y su actuación está siendo impresentable. Si sólo se preocupa de su propio placer.
Los hombres se creen expertos en la cama
Los hombres suelen creerse muy expertos e la cama y a veces tienes que “perdonarles la vida” haciendo como que nunca has practicado esa postura ni has sido tan salvaje en la cama. “Nunca había hecho esto con nadie, nunca me había vuelto tan loca”, este tipo de frases le encantarán, si es que se las merece.
* MIENTE. Si estás loca por él y crees que se sentiría acomplejado por tu amplia experiencia sexual. Si te ha dicho que está enamorado de ti y nunca había tenido un sexo así con nadie. Si le has engañado y has aprendido todas esas cosas con otro.
* NO MIENTAS. Si él tiene tanta experiencia como tú, os lo pasaréis en grande. Si es de los que intentan darte lecciones en la cama y fuera de ella.
El eterno debate del tamaño
Todas sabemos que el tamaño sí importa, pero a veces hay que mentir respecto a este tema para no herir sensibilidades.
* MIENTE. Si aunque la tiene pequeña, sabe utilizarla bien y te hace disfrutar, él ya sabe lo que hay. Si no vas a volver a verle y te ha caído bien. Si le da corte desnudarse delante de ti y crees que podrías crearle un complejo.
* NO MIENTAS. Si es de esos que antes de llevarte a la cama te dicen cosas del tipo “vas a disfrutar como nunca” o “te vas a enterar de lo que es bueno”. Si te cae mal y quieres fastidiarle. Si te ha puesto los cuernos y quieres vengarte con lo que más le va a doler. Si es de los que te dicen que tienes celulitis, estrías o estás gorda.
Palabras sucias sí, palabra sucias no...
¿Te haces la ofendida cuando él te dice cosas sucias en la cama? ¿Le dices que no se propase, que tú no eres de esas? O todo lo contrario, ¿le dices cosas que no te gusta ni pronunciar pero lo haces porque a él le excita?
* MIENTE. Si él se está pasando y de verdad se está confundiendo contigo. Si él te encanta y le ves demasiado tradicional como para responder a sus “cómo me pones” con algo como “soy tu esclava sexual”.
* NO MIENTAS. Si es de los que van de abiertos de mente y se indignan si ellas están mucho más liberadas sexualmente. Si ya estás harta de no poder decirle lo que de verdad te gusta en la cama: si se asusta, ése no es tu hombre.
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