Hay muchas excusas. Algunos las entienden, otros no. Asimismo, hay muchos tipos de infidelidades: premeditada, en una noche de borrachera, con tu amor platónico. Cada caso es distinto y cada reacción un mundo. Macu ha puesto los cuernos a Luisma con otro hombre. ¿La perdonará?
"Yo no quería", "Un lapsus lo tiene cualquiera", "Fue cosa de una noche", "Entiéndeme...llevamos unos meses muy malos". Excusas y más excusas. Para ser infiel se necesita, al menos, una buena razón: el gusto por lo prohibido, falta de satisfacción sexual o monotonía en la relación. Lo que sea. Sin embargo, no todas las infidelidades son iguales. Las hay puntuales, basadas sólo en el sexo, y, de compromiso, aquellas que duran más. Aunque estas son sólo dos tipos. Empezamos:
Una noche de borrachera
La cosa empieza bien. Sales con tus amigos para romper la noche. Una buena cena, un vinito y si la cosa se tercia unas copitas para terminar. Y, de repente, ahí está esa persona. Las miradas se cruzan entre los dos y lo que al principio era una simple conversación se convierte en una noche de locura. El alcohol, la noche y el sexo se funden con otra persona que no es tu pareja. Eso sí, por la mañana se ve todo distinto.
Amor platónico
Era inalcanzable. Para ti esa persona siempre ha sido perfecta: tu amor platónico. Pensabas que nunca podrías estar juntos. Ahora, por fin, habías conseguido mentalizarte de que ese amor era imposible; estás con una persona a la que quieres. Sin embargo, vuelve a tu vida y te dice que quiere tener una aventura contigo. Hay muchos tipos de cuernos. Aquí la decisión es difícil.
Ocasión única
Estás en la playa, con tus amigos y la persona más espectacular decide que quiere algo contigo. Nunca habías visto a alguien así: con ese cuerpo, esa mirada, simpatía y encanto. ¿Qué haces? Desde luego, es una ocasión única. La cabeza empieza a dar vueltas y más vueltas. Todo depende de ti.
No saber decir que no
Eres una persona muy educada y, claro, no sabes decir que no. Todo pasó muy rápido, casi no te diste cuenta y... de repente estabas en los brazos de otra persona. Ser educado tiene un precio muy caro.
La ley de la venganza
Te hicieron lo mismo hace unos meses. No te fías. Una vez más te han puesto los cuernos y esta vez vas a ser tú quién los ponga. Ahora esa persona va a sufrir el mismo dolor que inflingió en su día. La venganza puede llegar a ser muy cruel.
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